En realidad, las matemáticas te ayudan a «entender» el comportamiento de los consumidores, no a «expresarlo».
Mediante el análisis de los hábitos del consumidor (usando las matemáticas) somos capaces de entender que le gusta y que no le gusta, y de esta forma encontrar «patrones» en su comportamiento.
Por ejemplo, todo el mundo tiene un color favorito y un estilo al vestir. Observando las compras que realizan las personas durante un tiempo, podríamos terminar «prediciendo» qué prenda o tipo de prendas va a elegir una persona en su siguiente compra en base a sus gustos. Y para eso, usamos las matemáticas.
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